«¿Quién no ha soñado alguna vez con descubrir una ciudad perdida?»
Miguel Gutiérrez Garitano

EXPEDICIÓN VILCABAMBA-LA EXPLORADORA (MARS GAMING) 2015

El proyecto Expedición Vilcabamba-La Exploradora fue renombrado en 2015 como Mars Gaming Expedition, tras su patrocinio por la empresa Mars Gaming, y tuvo lugar durante la segunda quincena de septiembre y la primera semana de octubre.

En esencia, la iniciativa consistió en organizar una expedición a zonas inexploradas de Vilcabamba (Perú), donde estuvo el Reino Inca de Vilcabamba. Dicha aventura tomó de referencia los principios propios del senderismo y del montañismo, pero recuperando el espíritu romántico de las expediciones del siglo XX, contando con la exclusiva ayuda de mulas y caballos para el transporte de los expedicionarios y de su material. Además, el proyecto incluía fines culturales (divulgación de los hallazgos, literatura de viajes) y deportivos (ascensión a cumbres vírgenes).

Por suerte, el éxito de la expedición fue sobresaliente, gracias al hallazgo de un enorme yacimiento arqueológico en una montaña llamada Comballa (4.680msnm), correspondiente a un centro ceremonial inca. Dicho hallazgo es muy importante para el estudio del mundo incaico, puesto que es uno de los pocos conocidos donde se celebró el rito sagrado de la Capac Cocha (consistente en el sacrificio de niños como ofrenda a los dioses).

Además, el equipo de la Mars Gaming Expedition localizó otro yacimiento arqueológico correspondiente a una extensa necrópolis, con decenas de tumbas localizadas en cuevas.

EXPEDICIÓN VILCABAMBA-LA EXPLORADORA (MARS GAMING) 2016

Al no poder completar la ruta prevista en 2015, Miguel y Rafa Gutiérrez-Garitano volvieron a insistir en la exploración de la cordillera Piscacocha-Marcacocha en junio de 2016. A pesar de la inseguridad persistente en la zona, optaron por tomar una ruta alternativa a la del año anterior, con el fin de completar su proyecto en Perú.

Esa vía alternativa implicaba una mayor dureza física, puesto que debían atravesar selva virgen y montañas muy abruptas, en las que resulta imposible el empleo de caballos o mulas. No obstante, al tratarse de una zona que todavía no había visitado explorador alguno, los hermanos Gutiérrez-Garitano continuaron adelante con su propósito.

Sin poder volver a contar con sus colaboradores de 2015 (solamente se sumó al grupo explorador su primo Iñigo Cobeta), contrataron a los hermanos Huamán, que ya les habían acompañado como porteadores en 2015, y que son los únicos humanos que conocen la forma de acceder a la cordillera Piscacocha-Marcacocha.

De ese modo, pudieron completar los objetivos de Expedición Vilcabamba-La Exploradora, al ser los primeros exploradores en sobrepasar la línea del pico Icma-Colla en dirección hacia el pico Marcacocha. Durante la expedición, abrieron por primera vez la larga ruta que permitirá en un futuro el ascenso a esta última cima (aún virgen), y que seguramente fue el «apu» (montaña sagrada) de la ciudad inca de Espíritu Pampa (que muchos asocian a la mítica Vilcabamba). Además, en su recorrido, encumbraron el pico Icma-Colla, ascendido con anterioridad por el famoso explorador norteamericano Vincent Lee.

Igualmente, durante la expedición pudieron contrastar la toponimia real del lugar (gracias a la ayuda de los Huamán) con lo registrado en los mapas oficiales, anotando inexactitudes esenciales que contribuirán a mejorar la topología de la zona, facilitando el trabajo de expediciones futuras.